Participación en Jornada 11 Febrero

jueves, 9 de abril de 2009

Tras la revolución tecnológica...la revolución creativa

Es 9 de abril, jueves Santo, y llevo todo el día enclaustrado realizando una serie de prácticas pertenecientes a un curso sobre educación y web 2.0 que comencé hace ya algunas semanas (imagino que si algún alumno mío lee esto entenderá la razón por la que llevo casi ese mismo tiempo dándole la tabarra con eso de la web 2.0). He hecho un alto en el camino, he abierto mi escritorio virtual Netvibes con el propósito de relajarme un rato y leer las noticias o artículos generadas por mis páginas favoritas. Y me he topado con una sorpresa, más bien podríamos llamarla una "curiosa coincidencia". En aulablog21 leo un artículo muy interesante relativo a cómo se plantean los principios de la educación en las sociedades avanzadas actuales y su obsolescencia motivada por la revolución tecnológica actual, donde la creatividad es el motor de negocio y de desarrollo social. En este artículo se incorpora un vídeo (subtitulado por Pedro Villarubia) en el que Ken Robinson da una breve charla de veinte minutos sobre el enfoque erróneo de la educación actual (vídeo original aquí). Aunque la charla data del año 2006, no está en nada desfasada, al contrario, la proliferación de aplicaciones o servicios en la web que se han hecho casi imprescindibles por millones de usuarios no es más que la consecuencia de la creatividad de quienes las desarrollaron.
Termino de leer/ver este artículo y compruebo que en El caparazón, Dolors Reig trata sobre cómo la tecnología se ha convertido en un/a súbdito/a de la creatividad. Cómo la revolución tecnológica está dando paso a una revolución de la creatividad, donde los usuarios son los generadores de la riqueza, en el más amplio sentido de la palabra. Os recomiendo la lectura de su artículo completo pues no tiene desperdicio.
Una coincidencia que sirve de excusa para replantearse la educación, tanto la reglada como la educación permanente de adultos. No dejo cada día de recordarle a mis alumnos, que estudian para en un futuro a corto plazo ocupar puestos de administradores de sistemas informáticos y/o desarrolladores de aplicaciones de software, que la creatividad será una poderosa arma en sus manos, que le ayudará no sólo a comprender mejor la sociedad que le rodea, sino a analizar cómo se articula esta sociedad y cómo sacar beneficio de ella incluso en tiempos de crisis. Muchas de las aplicaciones que hoy ocupan un lugar imprescindible en la vida y tiempo de muchas personas han sido el fruto del desarrollo de una genial idea puesta en marcha por una modesta empresa. Debe alertarse que aquellos que no se adapten a estas nuevas reglas del juego no les quedará otra opción que engrosar las filas, no del paro, sino de algo peor, las filas de los que están al otro lado de la brecha digital.